En los siglos anteriores, adolecentes mexicanos tenían más respecto a sus padres, familias, amigos, compañeros, maestros, y gente en general. Ahora, en el siglo XXI, la manera en que se comporta un adolecente se ha cambiado poco o demasiado, como sea que la gente lo ve. Por ejemplo, hace 50 o 100 años, adolecentes no hablaban en manera grosero, así decirlo, sino en una manera un poco más respetuosa y formal. En estos días, los jóvenes siempre le llaman a sus amigos, compañeros, o quien sea con palabras que se consideran como groserías.
En el área de lengua, hay muchos estereotipos que toman parte en la manera que se habla un hombre o una mujer. En el caso de la mujer, es dicho que no pueden usar groserías porque no parece lindo y tienen que usar palabras en que se respecta al hombre. Mientras con los muchachos, es totalmente diferente. En cualquier siglo que hemos vivido, a los hombres nadie les preocupa si dicen groserías o no. Sin embargo, no a todos los hombres les han tratado así. En ciertas familias, les enseñan a los hombres desde una edad joven que tienen que hablar a una mujer con respecto y tratarla de manera respetuosa.
En el siglo XXI, las adolecentes mexicanas no les importan si las groserías no les hacen parecer lindas o no y continúen diciendo lo que tienen y quieren decir. Ciertos adolecentes hablen a sus padres y otros familiares en una manera grosero, pero algunos familias no les importa demasiado como les importaba hace cientos de años. En la cultura mexicana, hay tiempos donde adolecentes aun hablen a amigos, adultos, y a quien sea en manera respetosa ya que así es la cultura. Pero, aparte de eso, los mismos estereotipos aun siguen pasando en el siglo XXI.
